Las 10 Principales Razones Para Celebrar el Sábado

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Pregunta: “¿Por qué millones de cristianos de todo el mundo observan el sábado como día de reposo y adoración en lugar del domingo?”

La sencilla respuesta es porque están convencidos por la Biblia que el séptimo día de cada semana es el sábado, el día que Dios reservó para descansar y adorar. Aunque hay muchas razones más que se pudieran dar, aquí ponemos una lista de las 10 principales razones para observar el sábado.

10. Frecuentemente la Biblia llama al séptimo día de la semana (sábado) el Día de Reposo. Al primer día de la semana (domingo) nunca se le ha llamado Día de Reposo; más bien el domingo es el día que le sigue al día de reposo (Mateo 28:1).

9. El séptimo Día de Reposo data desde el principio. Dios lo estableció durante la semana de la Creación:

  • Él “descansó” (o cesó) de sus obras en el séptimo día (Génesis 2:2).
  • Él “bendijo” (dio su favor o aprobación) al día sábado (v. 3).
  • El “santificó” (lo apartó para un uso especial) al séptimo día (v. 3).

8. El sábado es el cuarto de los Diez Mandamientos, declarado dos veces en las Escrituras. En Éxodo 20:8-11 el sábado es un memorial de la Creación — un tiempo para honrar a Dios como Creador: “Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer,  pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo.

En Deuteronomio 5:12-15, el sábado sirve como un símbolo de redención — un día para honrar a Dios como Redentor: “Observarás el día de reposo y lo santificarás . . . Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que yo, el Señor tu Dios, te saqué de allá con mano fuerte y brazo extendido. Por eso yo, el Señor tu Dios, te ordeno que observes el día de reposo”

7. Jesús enseñó que el sábado era una ordenanza desde la creación dada para beneficio de toda la humanidad, no solo para los judíos: “El día de reposo se hizo por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). Por lo cual el sábado puede apreciarse como algo mucho más que una ley, es un regalo del cuidado de Dios para el ser humano. Dios descansó al principio, no porque estuviera cansado, sino como ejemplo para nosotros que lo necesitaríamos.

6. El sábado se convirtió en un símbolo clave de redención en el ministerio y enseñanzas de Jesús. Así como Dios dio el descanso de la esclavitud de Egipto a los hebreos, de la misma forma Jesús ha dado el descanso de la esclavitud del pecado a los que confían en él: “Vengan a mi todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.” (Mateo 11:28). Para ilustrar este acto, Jesús hizo muchos milagros de sanidad en sábado, liberando a los cautivos y librándonos de un punto de vista legalista de este bendito día (Mateo 12: 1-12) Él podía hacer esto porque él era Señor del sábado” (Marcos 2:28).

Así como el sábado les recordaba a los hebreos de su liberación de la esclavitud de Egipto, en la misma forma recuerda a los cristianos de su liberación del pecado — la obra de Dios y no del hombre. Por lo tanto, el simbolismo del sábado nos enseña a descansar en Cristo: ya que toda la obra redentora se ha cumplido en él.

5. El sábado es un avance, o un tipo del reino venidero de Dios, cuando los creyentes disfrutarán un descanso sabático sin fin (Hebreos 4:1-11; el verso 9 habla acerca de aquel descanso futuro que le espera a los hijos de Dios). Cada vez que observamos el día de reposo semanal es una prueba terrenal del descanso, paz y comunión celestial que nos esperan.

4. La costumbre de Jesús de observar el sábado, según el decálogo, es un ejemplo para nosotros (Lucas 4:16). El apóstol Pablo y la iglesia primitiva, incluyendo a los creyentes gentiles, también se reunían en sábado para la adoración, predicación, oración y evangelismo (Hechos 13:42-44; 16:13; 17:2-4; 18:1-11). Esta práctica que ellos tenían nunca cambia en las Escrituras.

3. El sábado promueve el bien de la humanidad por medio del descanso físico, mental y emocional. El ciclo semanal del séptimo día nos libera de las tiranías y tensiones de la vida moderna: el reloj, horas extras de trabajo, las prisas, los negocios y quehaceres, compras y ventas, producir y consumir, trabajo y preocupaciones. Es un día para estar libres de la necesidad de hacer cosas, y para disfrutar la existencia da la vida. Este día de descanso divino para el cansancio humano, es un regalo que nos refresca el cuerpo y alma.

2. El sábado nos ofrece el beneficio extra del tiempo para restaurar y cultivar las relaciones humanas. Nuestras vidas tienen más valor y son más satisfactorias cuando tenemos contacto e interacción con otros.  Sin embargo, debido a nuestros horarios apurados, no cuidamos las mismas relaciones esenciales para nuestra existencia humana. El sábado nos permite bajar el ritmo para poder tocar las vidas de otros en formas significativas. Nos permite tener tiempo de calidad para fortalecer los lazos familiares, con los amigos y con los hermanos en la fe. También nos invita a alcanzar a nuestra comunidad secular ayudando a otros a satisfacer sus necesidades físicas, emocionales y espirituales, así como Jesús lo hacía constantemente en el día de reposo. Nuestro Señor es el que nos enseñó “sí está permitido hacer el bien en el día de reposo” (Mateo 12:12).

1. El Sábado nos enlaza regularmente con el Señor, su Palabra y su iglesia en una forma que otros no pueden. ¡Éstas son las relaciones más importantes de nuestras vidas!

Nuestra tendencia humana es apurarnos durante la semana, ofreciendo a Dios nada más que un saludo rápido. Por el otro lado, el sábado nos hace un llamado a una elección intencional — cesar de otras actividades y enfocar nuestra atención en él. Por medio del tiempo prolongado con Dios y sus hijos, aprendemos nuevamente que el todo de nuestra existencia está envuelto en nuestro Creador, Salvador y Rey que vendrá. Observar el sábado apropiadamente, nos vuelve sensibles a la verdad de que pertenecemos a Dios. No adoramos al sábado sino a Dios quién lo separó en la creación. El sábado es meramente un tiempo memorial, una herramienta necesaria para ayudarnos a enfocar nuestra atención en nuestra Fuente y destino. Y cuando volteamos hacia Dios, todas las otras cosas encuentran su lugar y nosotros estamos mejor preparados — para el tiempo y para la eternidad.

Para aquellos que no lo conocen, les recomendamos que reciban a Jesucristo como el único amigo verdadero el cual les invita a que se acerquen a él para recibir el verdadero descanso para siempre. Para los que si conocen a Jesús como Señor y Salvador, les recomendamos el duradero regalo de su Reposo.

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